
Esa mañana desperté, no como cualquier día,
esa mañana sentí que comenzaba mi vida,
y no podré olvidar jamás la sensación
de aquel amanecer con aroma a jazmín.
Eres un dulce amanecer después de una tormenta,
que le dio la paz a mis días con una suavidad perfecta,
eres la luz que todo ser busca que ilumine su destino,
que me hace sentir el ser mas dichoso el mas querido.
Cuando mis ojos se abrieron al despertar de tus sentimientos,
entendí que cada caricia tuya era más que un acto de amor,
que mis días nunca mas estarían oscuros
si nuestras almas están unidas en lo mas profundo.
Esa mañana entendí que el amor no tiene espacio,
no tiene tiempo, ni distancia, que va mas allá del cuerpo,
más allá de las palabras y que es tan solo la unión de las almas.
Ese dulce amanecer…
me enseño a amarte tal y como eres,
me dijo que tu eres mi camino,
que junto a ti estaba mi destino,
que tendré muchos amaneceres de jazmín junto a ti,
que contigo quiero comenzar a vivir.
Elizabeth Martínez.

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